¿Cómo enviar una propuesta comercial atractiva por email?

Atractiva o efectiva, la propuesta comercial, también conocida como propuesta empresarial, es un documento que se utiliza para conectar las necesidades del potencial cliente con las soluciones de su marca o negocio. Por lo tanto, su finalidad no es otra que convencer, persuadir y hacer ver al receptor, que la mejor opción es la que tiene justo de frente.

Generalmente, la propuesta empresarial o comercial, es un documento que se enviará después de las fases de captación de leads y de prospección. Ya es por todos sabido el riesgo de enviar propuestas comerciales cuando todavía no se conoce el interés por parte del receptor. Aunque a nivel convencional, el documento físico de la propuesta comercial es complejo y está repleto de indicaciones, al hacerlo por email se puede simplificar mucho, sin perder un ápice de rigor o efectividad.

Consejos para enviar una propuesta comercial por correo electrónico

La propuesta comercial se puede enviar a un potencial cliente o cliente actual, por separado, o bien, utilizando herramientas de mailing masivo, para abarcar una gran cantidad de usuarios con un único envío. Dependerá, desde luego, del objetivo que se quiera conseguir.

Sea como sea, hay algunos consejos que pueden ser de utilidad al momento de presentar una propuesta comercial.

Siempre captar la atención

Aunque el correo electrónico es un medio de comunicación que permite comunicarse en privado, sin distracciones de anuncios ni otras preocupaciones, eso no quiere decir que el receptor de un correo estará siempre dispuesto a leerlo hasta el final. Por el tiempo -que es finito-, pero también, porque no se ha sabido captar su atención.

Por eso, una propuesta comercial interesante debe captar la atención en todo momento, y eso engloba desde el asunto del correo, hasta los primeros párrafos -que, por lo general, no deberían ser tantos, para no aburrir ni perder el enfoque-.

Por tanto, para asegurarse de captar la atención es necesario planificar: qué dudas pueden surgir y cómo las responde el mismo email; qué es lo que se está ofreciendo; cuál es la necesidad del cliente a resolver, etc. Responder todas esas incógnitas y darle contenido al email con esas respuestas, hará que la atención se mantenga por parte del receptor.

En base a las posibles respuestas que surjan, será necesario redactar tanto un asunto atractivo, como una introducción interesante.

  • Asunto: debe destacar el mensaje principal, la finalidad concreta de la propuesta comercial, mostrando también las palabras más importantes, los términos más beneficiosos, con una longitud que no sobrepase los 45-50 caracteres, ya que a partir de esta extensión comienzan a perder efectividad en cuanto a la tasa de apertura, según las estadísticas de las plataformas de mailing masivo.
  • Introducción: aunque la propuesta comercial por email se aleja de la elegancia, eso no quiere decir que se deban omitir ciertos aspectos clave. La introducción es uno de ellos, y su finalidad no es otra que captar la atención del usuario, para posteriormente ponerlo en contexto, en pocas líneas, pero tajantes. Lo mejor es distribuirla en un máximo de 2 párrafos -no tan extensos- y destacar quién es la empresa, qué hace, por qué ha llegado hasta allí y qué problema va a resolver a su cliente.

Simplicidad

A diferencia de las propuestas empresariales impresas -que se envían entre empresas-, por correo electrónico no hace falta complicar las cosas, ni crear contenido muy denso. El cliente, por más que sea un cliente habitual, no tiene tiempo para interpretar lo que la propuesta quiere decir. Le interesa, más bien, que sea muy sencilla.

Por eso, apostar por simplicidad y sencillez visual, por párrafos cortos, y destinar la propuesta comercial a cumplir una única y exclusiva misión, hará que las tasas de clics o de acciones posteriores, aumenten exponencialmente.

Esto implica reconocer el contenido más efectivo en lo que al cuerpo de la propuesta comercial se trata:

  • Las tablas de datos, simplificadas y entendibles, son una buena forma de hacer entender al usuario que está ante la mejor propuesta posible -para su necesidad-.
  • Especificar los servicios o productos, con sus ventajas, limitaciones, servicios asociados, precios y hasta promociones, de forma sencilla -no servirá copiar y pegar algo que posiblemente el cliente ya revisó en la web-, resaltando que los productos o servicios pueden resolver una necesidad concreta; también, funciona tanto para cumplir con la finalidad de una propuesta comercial, como para persuadir y dirigir al usuario a llevar a cabo un Call To Action, o llamada a la acción.

El enfoque debe quedar claro

Toda propuesta comercial debe cerrar con una llamada a la acción, un Call To Action poderoso. De nada servirá enviar un correo destinado a vender, pero que no deje claro qué es lo que vende, ni dónde se debe hacer clic para comprar.

Desde luego, vender es un arte, y muchas personas no lo saben hacer adecuadamente. Pero en el caso del correo electrónico, que es un medio asíncrono -por lo que se puede planificar detalladamente qué decir y cómo, antes de enviarlo-, planificar este último detalle puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de una estrategia de email marketing destinada a vender.

El CTA puede ser, desde aprovechar una promoción o suscribirse a un nuevo servicio, o bien, hacer que el cliente devuelva una respuesta al correo recibido para comenzar una colaboración. Lo que no se puede hacer, es desenfocar tanto la propuesta comercial como para que el CTA carezca de utilidad, o directamente, no tener un CTA dentro de la propuesta comercial.

En este sentido, una fórmula que se suele aplicar con éxito en cuanto a las llamadas a la acción, dentro de las propuestas comerciales, es el uso de los beneficios o las ventajas que encontrará el cliente, en lugar de darle la acción lógica del CTA. 

Por ejemplo:

  • Pasar de ‘Compre este producto’, a un CTA que indique ‘Adquiera de una vez por todas los beneficios de este producto’.

Para todas las empresas, sea en internet o en locales físicos, vender es una necesidad. La propuesta comercial puede ser uno de los mejores recursos para ello, pero hay que saber desarrollarla bien.

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